ues claro que sí, es una emoción y como tal hay que expresarla, el problema no es el enfado, sino las creencias establecidas alrededor del mismo. Entonces te tragas todo, reprimes y «la procesión va por dentro» y con ella dejas una estela de emociones coléricas, de rabia, impotencia, frustración, que se van acumulando y lo que hoy es una mota de polvo, mañana se transformó en una piedra.
Es decir; enfadarse es saludable, reconocer que tengo un enfado y tengo todo el derecho a expresarlo es bueno.
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